En mi caso el mentor que he escogido es el de la gestión del estrés puesto que considero que se trata de un factor que nos puede llegar a bloquear y tomar decisiones erróneas, lo que hace importante gestionarlo.
Para llegar a conseguir controlar este estrés es necesario empezar por entenderlo, y para ello empezaremos proponiendo la siguiente definición:
Tensión mental o emocional en respuesta a circunstancias particularmente exigentes, generalmente debido a causas externas.
Una vez conocemos que es el estrés, deberemos de aceptar que este es inevitable en cualquier persona y que lo que buscaremos será lograr un equilibrio, identificar en qué momento aparece y cómo tratar de controlarlo.
Para identificar en qué momento comienza a aparecer el estrés es necesario reconocer las señales de advertencia que nos envía nuestro propio cuerpo, por lo que tendremos que conocernos y saber que reacciones físicas aparecen cuando vivimos una situación de estrés. Cuando estas sensaciones se adueñan de nosotros se produce lo que se conoce cómo el secuestro del estrés, que a nivel neurológico se produce cuándo la amígdala, un pequeño órgano dentro del cerebro que se activa ante situaciones de peligro, comienza a liberar hormonas del estrés haciendo que tu foco de atención se centre en el peligro y cortando la comunicación con la parte racional de tu cerebro con la que consideramos múltiples opciones o percibimos los matices.
Con esto podemos sacar en claro que ante una situación que nos produzca estrés en la que tengamos que tomar algún tipo de decisión trascendental deberíamos de tratar de distanciarnos para así relajarnos y poder valorar diferentes opciones. De esta manera podremos identificar que advertencias nos hace nuestro propio cuerpo y por qué nos estresamos.
Una vez conocemos esto deberíamos de pasar a la acción para tratar de manejar este estrés, y plantearnos un plan según nuestras áreas de mejora:
Una de ellas es la práctica de PROA (Parar, respirar, observar y actuar), una vez hemos identificado las sensaciones que nos provocan el estrés debemos parar, separarnos de la situación, respirar para recuperar la calma, y analizar si es correcta la reacción. Poner esto en práctica nos permitirá tomar distancia, bajar las pulsaciones y observar la situación con más claridad para así actuar con más lucidez en el caso de que tengamos que tomar decisiones.
Otra de las iniciativas que debemos tomar es cambiar la percepción que en ocasiones tenemos sobre nosotros mismo, ya que muchas situaciones nos las llevamos a lo personal sin existir evidencias claras y esto puede provocar situaciones de estrés. Para ello nos debemos de preguntar si existen otras posibilidades o que diría una parte neutral en esa misma situación.
Algo que también podemos poner en práctica es dejar ir aquello que no podemos controlar, ya que en muchas ocasiones nos estresamos por situaciones que no están a nuestro alcance, como podría ser un atasco. Preguntarnos si tenemos las habilidades para solucionar el problema o hasta que punto somos responsables de las causas de la situación, son preguntas que nos ayudarán a distanciarnos de la situación y dejarla ir.
Por último, trabajar en nuestra propia salud tanto física como mental va a ayudarnos a liberarnos de ese estrés, a tomar conciencia en los momentos en que el estrés se puede estar adueñando de nosotros, y a tener más energía para afrontar estas situaciones. Lo primero que debemos hacer es poner la salud lo primero, tratando de hacer ejercicio y cuidando la alimentación, ya que esto repercute directamente en nuestro bienestar y como consecuencia nos ayudará a aumentar el enfoque y aliviar la frustración. A nivel mental es realmente beneficios dedicar cierto tiempo del día a la atención plena, para ello es recomendable realizar la meditación o buscar enfocarte en cualquier tipo de actividad. El desarrollo de este tipo de actividad permitirá ser más consciente en el día a día y a aceptar nuestros sentimientos. Y por último, buscar descansar de la mejor manera, ya que el sueño es uno de los pilares de la salud y lo que nos permite recargar energía para afrontar cada día.